martes, 26 de mayo de 2009

16

También acompañada
resuelve el mar
ser azul y sus olas,
cada vez que el horizonte
la empañan.

Cada vez que el horizonte
se dilata,
ella mira cómo la línea
invade el cielo y lo achica.

Hasta que surgen
la noche y sus miedos,
la mano mojada.

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