Por ejemplo ahora, mientras miro la sandalia
de la señora dormida que viaja al lado mío en el colectivo
vuelve tu pie. La forma de tu pie.
¿Es algo de época
esta obsesión por los pies?
¿Miraban
así, tan hacia abajo,
las personas del
siglo trece, del catorce?
¿Miraban así, con
ese afán de retratar
ignorando el cielo,
los pies?
Sea como fuere vuelve tu pie largo, estilizado.
El arco de tu pie,
eso también vuelve hoy.
La señora resopla.
Está dormida en un colectivo
que atraviesa la
ciudad en verano.
Y tu pie debe estar
sintiendo el agua.
Es tan probable que
hoy estés como tanteando
la temperatura del
agua de una pileta en el campo.
En cambio acá
estamos, la señora y yo
mirándole el pie a
una desconocida,
mirándote el pie de
nuevo.
4 comentarios:
Sencillamente, me encantó. Algo tenemos con los pies, estoy de acuerdo... http://amorescomopuentes.blogspot.com.ar/2012/04/los-mismos-pies.html
Como soy amante de la literatura, me gusta poder conseguir libros nuevos constantemente. Me encantaría poder recibir un ejemplar de tu libro en mi casa, en salta. Ojala que lo pueda sumar a mi biblioteca próximamente
Acá va uno...
Te veo
Te distingo
Te imagino en otro lado
Entre otra gente
Te veo
Te distingo
El tiempo se asienta en la repetición
Te veo
Te distingo
Otra vez
Miráme
Decime que me ves
Sólo a mí
Como yo a vos
Ésta y otra y otra vez
Muy lindo poema che. Te dejo mi blog: http://transportadordeserpientes.wordpress.com/
Un abrazo, que estés bien
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